Correr sin gafas de sol implica el riesgo de sufrir trastornos como el ojo seco, un síndrome que trae de cabeza a los runners. Te contamos en qué consiste y cómo prevenirlo. La práctica de deportes como el running nos aporta numerosos beneficios siempre que contemos con la correcta protección; de lo contrario, podemos quedar expuestos a diferentes agentes nocivos. Utilizar unas gafas de sol con buenos filtros nos ayuda a reducir la entrada de rayos UV, elemento que junto al viento y el polvo puede inflamar la conjuntiva del ojo, además de provocar queratitis, fotoqueratitis o, especialmente, el llamado síndrome del ojo seco.
¿Qué es el síndrome del ojo seco?
El síndrome del ojo seco es un trastorno que se caracteriza por picor, irritación ocular y dolor en el ojo debido a la evaporación de la lágrima. El motivo no es otro que la deshidratación y la activación del sistema nervioso simpático, el contrario al parasimpático, responsable de la producción lagrimal.
¿Cómo evitar el síndrome del ojo seco?
Las lágrimas artificiales son un buen aliado, ya que actúan como lubricantes mejorando la superficie corneal y disminuyendo los síntomas del ojo. Otra buena opción consiste en el uso de lentillas, las cuales corrigen el efecto óptico sin repercutir en el campo periférico, al mismo tiempo que evitan reflejos y suponen el mejor complemento a las lágrimas artificiales.Por último, no olvides el uso de gafas deportivas de running cuyo diseño cerrado impida que el aire y el polvo entren en contacto con tus ojos. Las gafas deportivas permiten crear un microclima que aísla el ojo de las condiciones ambientales, potenciando un doble objetivo protector, ya que también te protege de las radiaciones UV.
Y ahora que ya sabes en qué consiste el trastorno del ojo seco en el running, debes saber que en Óptica Sport encontrarás las mejores gafas deportivas en función de tus necesidades y bajo una misma promesa: proteger tu visión en todo momento mientras disfrutas de tu práctica favorita.